Desde que hace un par de años un familiar me dio unas pencas de aloe vera, no he vuelto a usar esos típicos geles verdes (supuestamente) naturales que venden en el súper. Al principio me costó confiar en los efectos prometedores de usar la planta directamente en lugar de ese gel perfumado que estaba acostumbrada a comprar, pero bendito el día que me animé a probar la versión 100% natural de este tesoro de la naturaleza.
Normalmente, los geles de aloe vera que encontramos en supermercados o farmacias vienen con un alto porcentaje de gel de aloe vera puro, pero también vienen acompañados de alcoholes, parabenos y otros compuestos irritantes y poco aconsejables para la piel. Mi pregunta es, ¿por qué nos empeñamos en corromper lo que la naturaleza nos regala de manera totalmente desinteresada?
El aloe, o también conocido como sábila, es una planta que se ha utilizado durante siglos para tratar problemas de salud, a nivel tópico y a nivel interno. Era considerada la planta de la inmortalidad para los egipcios y fue introducida en América por Colón después de que fuese utilizado como planta medicinal en su tripulación.
El aloe vera se considera una de las sustancias naturales más completas debido a sus efectos antibióticos, astringentes, coagulantes y estimulantes del crecimiento y la regeneración.
El aloe vera está compuesto por gran cantidad de vitaminas, minerales y enzimas, además posee una composición química dividida en dos grupos principales: las cromonas como la aloesina y las antraquinonas como la barbaloína, la isobarbaloína y la aloemodina de la capa interna de las células epidermales de la hoja.
El gel de la hoja presenta una serie de polisacáridos que son los responsables de las maravillosas propiedades por las que conocemos el aloe, entre ellos, el glucomanano, un polisacárido rico en manosa y giberelina, hormona del crecimiento vegetal y responsable de aumentar significativamente la síntesis de colágeno después de su uso tanto tópico como oral.
A nivel tópico destacan su acción antiinflamatoria, antibacteriana y antioxidante, de gran utilidad en patologías como la psoriasis, el acné, la dermatitis, el herpes o las quemaduras de cualquier tipo, especialmente las solares. Es una opción fantástica para calmar cualquier irritación producida en la piel y lo mejor de todo es que no tiene efectos secundarios (salvo que seas alérgico, obviamente). A nivel oral ayuda con problemas gastrointestinales como reflujo, úlceras o incluso síndrome de intestino irritable, pero creo que esto lo dejo para un post aparte para no aburrirte demasiado ;)
Como te he contado ya en alguna otra ocasión, el aloe vera forma parte de mi mini arsenal de potis naturales y lo utilizo para todo, es mi comodín y adoro la sensación de frescor y los efectos que tiene sobre mi piel. Algunos de los usos que le damos en casa son los siguientes:
- Gel hidratante para rostro y cuerpo
- Mascarilla capilar pre-lavado
- Crema calmante después de la depilación
- Regenerante de pies (te pones una buena capa, unos calcetines gordos y a dormir)
- Aftersun
- Gel fijador para el pelo
- Desinfectante de heridas
¿Lo mejor de todo? Es súper fácil de hacer en casa y no necesitas mucho dinero para tener un frasco de gel casero de aloe en tu nevera. Las pencas de aloe puedes encontrarlas fácilmente de manera salvaje en algún campo, comprarlas en herbolario o preguntarle a algún conocido si tiene en su casa alguna planta de la que pueda regalarte un par de pencas. Si consigues más pencas de las que vayas a usar, lo ideal es que las congeles tal cual para que conserven de manera óptima sus propiedades, tan solo envuelve las pencas en papel film o una bolsa y mételas en el congelador hasta que las necesites.
¿Te animas a prepararlo? No te vas a arrepentir y te va a encantar lo bien que le sienta a tu belleza ¡Apunta!
INGREDIENTES:
- 1 penca de aloe vera
- 1 cucharadita de vitamina C pura en polvo
- Agua
PROCEDIMIENTO:
- Corta tu penca en varios trozos en función del tamaño que tengan, córtale las espinas de los laterales y déjalos en remojo 24 horas, cambiándole el agua al menos 2 veces en ese tiempo para deshacerte de la resina tóxica.
- Una vez pasadas 24 horas enjuaga bien los trozos y quitales la piel verde con ayuda de un cuchillo afilado para quedarte solo con el gel central de la penca.
- Bate todo el gel junto a la vitamina C con una batidora de mano. Es esencial que la vitamina C sea pura y en polvo (yo la compro aquí), es muuuy barata y actuará de conservante para que el gel dure más, además aportará mucha luminosidad a tu piel y es un potentísimo antioxidante. Si no la tienes, simplemente no la añadas, pero no hagas mucha cantidad de gel para que no se estropee.
- Una vez batido, colócalo en un bote de cristal (previamente hervido durante unos 30-40 minutos para esterilizarlo) y guárdalo en la nevera para conservar mejor sus propiedades. Para usarlo no metas los dedos directamente, coge la cantidad que necesites con una cucharita limpia o una jeringa.
- Disfruta de los maravillosos efectos de este elixir natural ;)
*NOTAS: NO retires la espuma que queda en la superficie una vez batido, es completamente normal y se unificará al cabo de los días.