¡ME VOY A ITALIA! ¡Yayyyyyyy! Mañana a esta hora espero estar sentada en una bonita trattoria italiana disfrutando de una buena cena con la mejor compañía del mundo. Os podéis imaginar como ha sido mi lunes, lleno de cosas que hacer, maletas que preparar y nervios, muchos nervios… Cocinar mucho no entraba hoy en mis planes, así que he tirado de lo poco que me quedaba en la nevera y lo he preparado sin complicarme mucho la vida.

Para desayunar he preparado unas sardinas a la plancha que tenía descongeladas de ayer, una buena ración de col rizada, un puñado de nueces de Brasil para poner bien a tono mis niveles de selenio y un kiwi (medio pocho, si). Más fácil y rápido, imposible.

Nota: Espero que a estas alturas no te extrañe verme desayunar pescado… Ya sabes que mis #desayunosexcéntricos son mi forma favorita de empezar el día con fuerza y energía. Me levanto con un apetito de gigante y mi cuerpo me pide hacer una comida de este tipo.

El almuerzo ha ido en la misma línea que el desayuno, pero esta vez he metido boniato asado como fuente de carbohidrato. Plato efectivo y que no falla: salmón a la plancha sobre base de brotes aliñada con aceite de oliva y un buen boniato con unas cucharadas de aceite de coco. Sinceramente, hubiese comido más, pero tenía demasiadas cosas que preparar y levanté pronto el culo de la silla para ponerme en marcha.

La cena ha sido de aprovechamiento total, tirando de algunos restitos que tenía por la nevera: plato batiburrillo con de todo mezclado. Al final esas son las mejores cenas y las más sencillas de hacer, sobre todo cuando la nevera tiembla y el tiempo escasea.

Este platazo que me acabo de zampar llevaba: yuca cocida y pasada por la plancha con manteca de cerdo ibérico, acelgas rehogadas, brotes de rúcula y canónigos y un par de huevos a la plancha, todo bien regado con una vinagreta de zumo de limón, aceite de oliva y sal rosa. De postre me he comido unas rodajas de calabaza a la plancha con canela y una infusión digestiva.

Ahora si que si… ¡deseando que llegue mañana! Muy buenas noches y gracias una vez más por leerme.

Sed felices,

María